El insomnio se aferra a mí. Se prende de mis ojos, danza con fervor y cuando esto parece no funcionarle, me susurra al oído letras… palabras… historias que nacen como un ligero viento, dispuestas a convertirse en huracán. Entonces el insomnio inyecta en mi mano un rabo de energía y hace que las letras fluyan y se extiendan en ese cielo oscuro carente de estrellas.

martes, 8 de abril de 2014



El viento grita
y entra por la ventana,
mueve mi falda
mis piernas tiemblan
mi mano se levanta,
deseo tu cuerpo
y tu boca bajando por mi espalda.