El insomnio se aferra a mí. Se prende de mis ojos, danza con fervor y cuando esto parece no funcionarle, me susurra al oído letras… palabras… historias que nacen como un ligero viento, dispuestas a convertirse en huracán.Entonces el insomnio inyecta en mi mano un rabo de energía y hace que las letrasfluyan y se extiendan en ese cielo oscuro carente de estrellas.
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