La vida es cruel
y el destino la preñó,
en la noche parió al pobre
sobre el polvo y
hambre,
y en el día parió al rico
encima de la cama y la comida le dio,
el niño pobre,
flaco, desolado y hambriento,
creció y en la fábrica los años dejó,
y en la calle el sol la piel se tragó,
y en la esquina los sueños se llevó,
donde fuera el trabajo siempre lo golpeó,
el niño rico
abundante, alegre y satisfecho,
creció en oficina, bares y vacaciones,
estudió con santos
en escuela no pagana
desayunaba en la mañana,
comía en la tarde
y en la noche alimentos ricos merendaba,
el niño pobre
veía al rico divertirse cualquier semana:
“Algún día, algún día”… se decía… “yo seré como esa
alma”,
pero su madre la vida le daba jalones y gritaba:
“Tú siempre serás pobre y no tendrás nada.
Servirás a tu hermano, mientras él despreocupado
avanza”.
El pobre veía
al rico reír y disfrutar
y el rico jamás vio al pobre llorar y trabajar.
Vaya madre que es la vida
capaz de parir a dos tan desigual.
* * *
Nacimos solos y solos moriremos,
el amor se acerca y la soledad se aferra a nuestro cuerpo,
me tocas te
toco
nos unimos
y en la cama acercamos los recuerdos,
después te vas lejos,
como a dos metros,
y me siento sola
tan
sola que muero,
tú duermes
el sueño a mis ojos no llega,
tengo miedo no quiero estar sola,
me aferro a ti
la soledad no me deja,
le grito
le
imploro
a carcajadas me abraza y festeja,
me siento sola
tan sola
teniendo tantas manos cerca.
* * *
Nací hombre
morí bestia,
nací canto
oí voces
morí en silencio,
crecí entre concreto.
Nací mujer
caminé
entre hombres
vi sus ojos
oí sus voces
sentí sus manos,
sangré
no
crecí
no
di
no
vi
no
sentí
no
escuché diminuto llanto.
Creí escribir
letras mudas
personajes muertos
paisajes perenes
historias fantasmas
mundos inciertos.
Viví sin ser escuchada
morí con un discurso en los labios
con
las manos apretadas
con
los gritos agolpados.