Durante la Segunda
Guerra Mundial, México envió a las Filipinas al Escuadrón 201 con el fin de
luchar contra el ejército japonés. Un
miembro de este grupo, el entonces soldado Heriberto Cañete López, estuvo cara a
cara con un soldado nipón, quien había robado unas gallinas a los aldeanos. El joven
soldado Cañete se encontró ante la disyuntiva de dispararle o no: “No soy un
asesino”, se dijo y lo dejó ir.
Por años la imagen del hombre ha merodeado en la cabeza
del combatiente mexicano: ¿Sobreviviría? ¿Aún estará vivo? ¿Pensará en el soldado
que le perdonó la vida? La incertidumbre y los recuerdos lo han perseguido
desde entonces, por lo que en el año 2001 decidió escribir los siguientes
versos rememorando aquél evento.
Celeste
Vargas y Daniel Lara
LOS MOTIVOS DEL LOBO
Por Heriberto Cañete
No te vayas
inútilmente soldado japonés
Esta es la misma
historia de hace muchos años
Es lo mismo, la
repetición cíclica de nuestras
Vidas y nuestros
sueños.
No sé por qué al
pedirme la Patria que saliera a combatir al enemigo
En la fecha en que
partiría, di mi sí.
Festivo y con alegría
era mi cuerpo, el espíritu y el alma
Que obligaba (como
mis ancestros)
A refugiarme en mi
país y estar dispuestos
A morir por ella en
el humilde puesto de soldado
De soldado de mi
Patria… simple soldado.
Al japonés:
Conocí de cerca tu
ímpetu guerrero
Dándome oportunidad
de lo mismo
Conóceme como soldado
desde la cúspide
Hasta el abismo…
No existe comparación
entre tu lucha y la mía
Tú, obediente a tu
emperador,
Yo, obediente a mi república.
Soldado japonés,
somos humanos.
Lo eres para mí y en
el momento que el destino te enfrentó a mí,
en el mismo campo yo
te perdoné
eras soldado como yo,
un hombre
no te rendiste…
soltaste el arma… y como soldado entendí,
que preferías la
muerte antes que renunciar a tu lealtad,
a tu emperador, tu
dios omnipotente.
Recordarás oficial
del ejército imperial
(que bajé al arma)
que te vi a los ojos
Y que antes de
postrarte de hinojos
Vislumbraste a un
soldado mexicano (no a un asesino).
Recuerdo que te hablé
en el idioma universal
A través de mis
sentimientos (mi escuela, mi sangre mexicana, mi pundonor militar) y tiraste tu
arma al tamo del arrozal…
Supiste sin que te lo
dijera
Que habías encontrado
a tu manera (de suerte)
A un soldado hermano,
Luchando por lo
mismo… la vida, la muerte.
Te dejé ir sin pensar
en nada, como nada justifica asesinar…
Tú, nipón, luchaste
por tu imperio. Yo, siempre por mi siempre patria
Y aplicando
militarmente mi criterio
Los dos luchamos al
mismo tenor.
Tú, fe inmaculada en
tu gran señor.
Yo, simplemente
soldado de la bíblica
Sentencia del Señor,
ambos con fervor.
Nunca te odié,
soldado del nipón como tú nunca me odiaste.
Jamás tuvimos
diferencias en nuestras vidas o razón,
Quizá fueron
segundos, minutos (hasta años).
La verdad, la
justicia, la vivencia
y nuestra propia
suerte
sin pensar en los
daños
no a nosotros
soldados sin destino.
Somos patriotas los
dos, somos uno
Somos soldados y
reconozco que tú, soldado,
No perdiste.
Y reconozco que yo
tampoco gané como soldado.
Viene el porvernir,
ya llegó, somos aliados.
Y tú japonés, quieres
a mi pueblo
Y mi pueblo mexicano,
confiados en la voluntad y como hermanos
Somos budistas y
somos cristianos.
Sufrido soldado
japonés
Sufrido soldado
mexicano, tú entregaste a tu altivez
Y yo entregué a la
vez
Mi amor a la Patria
sin revés.
Cañete, 2001
Gracias Celeste por acercar a los mexicanos este historia real, llena de verdad, patriotismo, honor y de respeto.
ResponderEliminarNo solamente provoca mi hedonismo al disfrutar el valor literario del texto, también me vuelve a llevar a la misma reflexión que concluye en la sinrazón de la guerra;¿motivos?, muchos e imperdonables que la hegemonía esgrime para fortalecer el verdadero monstruo del poder, así a sido y será por mucho tiempo. Nosotros, el pueblo, como esos dos humildes soldados no encontraron razón para despedazarse, aniquilarse, mutilarse, o sea cual fuere el efecto de las armas que portaban; sí, las armas, jugoso negocio de la crematística intención de los poderosos. ¿Cuál fue el papel de México en la gran guerra?, ¿cuáles fueron los motivos de 日本?Hagamos esa reflexión alejándonos lo más posible de la postura historicista de quienes deciden los finales felices en Hollywood. Gracias Celeste por hacernos reflexionar, máxime, al poder disfrutar de estas líneas mientras contemplo el espléndido castillo del shogún Nobunaga.
ResponderEliminarVíctor M. (excompañero de Dany UPN)
Mi tata lo extraño mucho,una persona inigualable ,un ser humano especial con un corazón lleno de amor ,, besos asta el cielo tatita 😘😘😘😘
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