Algunos buscan las lágrimas
como el asno a los golpes
el terco a los regaños
el parásito a la materia descompuesta
el idiota a la mentira.
Algunos buscan las lágrimas
cuando sus ojos permanecen secos,
sus labios sonríen
y sus manos plenas resguardan la vida,
cuando no hay gritos sólo risas,
cuando hay paz buscan la guerra,
cuando el mar está calmo dispuesto a dejar nadar,
cuando han encontrado por fin la felicidad.
Algunos buscan las lágrimas,
para no perder la costumbre de la mala vida
del pasado rasguñando y matando el presente,
de los senderos equivocados,
de las cañadas ocultas,
de lo efímero
de lo irreal.
Algunos buscan las lágrimas
aunque sus ojos estén acostumbrados a la dicha,
aunque sus manos no estén solas
y sus pasos siempre vayan acompañados.
Algunos buscan las lágrimas,
aunque, por fin, tengan el amor entre sus manos.
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