El insomnio se aferra a mí. Se prende de mis ojos, danza con fervor y cuando esto parece no funcionarle, me susurra al oído letras… palabras… historias que nacen como un ligero viento, dispuestas a convertirse en huracán. Entonces el insomnio inyecta en mi mano un rabo de energía y hace que las letras fluyan y se extiendan en ese cielo oscuro carente de estrellas.

martes, 8 de octubre de 2024

¡Oye mujer que un día fuiste!


 

¿Todavía estás ahí?

Grita para escucharte,

respira en mi oído,

toca mi piel…

enciende la llama extinta

grita mi nombre para renacer.

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